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15 ago 2011

Francesco Agello

Un récord imbatido.- No cabe duda que 1933 fue el año de los ases de la acrobacia y de la velocidad; en septiembre de 1931 finalizaba en Calshot el trofeo Schneider con la victoria definitiva de los ingleses. Sim embargo, en Desenzano del Garda, donde se hallaba la sede de la unidad de Alta Velocidad, los pilotos italianos se preparaban para otras competiciones, en especial para reconquistar el récord mundial de velocidad, que el piloto británico Stainforth había establecido en 645 km/h. El hombre que el coronel Mario Bernasconi, comandante del grupo, había designado para ese cometido era el subteniente Francesco Agello.
El pequeño suboficial era natural de Casalpusterlengo (Milán) y había nacido el 27 de diciembre de 1903. Obtuvo el título de piloto militar en mayo de 1924 y en 1928 ingresó en la unidad de Alta Velocidad. En la edición de 1929 del trofeo Schneider, acudió a Calshot como reserva, pero no pudo participar en la misma por no hallarse a punto el hidroavión FIAT C 29.
Agello era el militar de menor graduación del primer curso de velocistas. Tenía el grado de sargento primero y procedía de la especialidad menos brillante de la aeronáutica: el reconocimiento. Pero pese a sus modestas credenciales, poseía las cualidades propias de un buen piloto, como lo demostró sobradamente en Desenzano; no se trataba de efectuar acrobacias, sino de hacer volar aeroplanos especiales, y en realidad, despegues y amarajes aparte, Agello era único. <<Los accidentes con el C 29 no pueden imputársele, pues se debieron a imponderables: las olas producidas por una barca o algún objeto flotante. El teniente Ariosto Neri también era un piloto excepcional; pero Agello, en la economía del vuelo, conseguía rendimientos inmejorables. A pesar de que no tenía la preparación técnica de los otros pilotos, sabía sacar ventaja para alcanzar una situación favorable, llevando a la práctica ciegamente la voluntad de Bernasconi. De este modo conquistó Agello el récord por excelencia: el de velocidad absoluta.>>
El primer hidroavión de carreras Macchi MC 72, equipado con motor FIAT AS 6, que habría debido participar en la última edición del trofeo Schneider, llegó a Desenzano en junio de 1931. Su puesta a punto resultó desde el primer momento muy laboriosa y Bernasconi comprendió que sólo un piloto como Agello sería capaz de hacerse con semejante aparato, que requería una extrema 
sensibilidad y una concentración absoluta durante su duro programa de puesta a punto. Después de que el teniente Giovanni Monti probara el nuevo avión, Bernasconi quiso que lo pilotara Agello, quizás pensando que iba a ser necesario un reserva. Monti cayó y le sustituyó el teniente Stanislao Bellini; cayó Bellini y le reemplazó Neri, quien llevó a cabo la preparación del hidro. Agello quedaba siempre de reserva, realizando vuelos de prueba de menor envergadura. Pero cuando Neri pereció en un  accidente de vuelo, Agello hubo de dedicarse por entero a la puesta a punto del MC 72.
La preparación del hidro para la conquista del récord requirió varios meses, y se prolongó casi hasta finales de abril de 1933. El cerebro era Bernasconi y el brazo ejecutor Agello. El MC 72 poseía sin duda posibilidades intrínsecas de ganar a cualquier otro aparato de sus mismas características, y en muchos vuelos de prueba sobre el circuito y sobre la base había demostrado que podía superar sobradamente la velocidad alcanzada por Stainforth. Tras unos días de espera, el 10 de abril de 1933 pareció que era la fecha más favorable para el intento. Agello, que desde hacía una semana no dejaba de observar las condiciones meteorológicas, efectuó un vuelo de prueba sobre el circuito y se dispuso a acometer la gran empresa con calma y serenidad. Después de un breve reposo, puso en funcionamiento el motor y despegó de las aguas del lago, alcanzando sin excesiva dificultad una media de 682,403 km/h en las cinco pasadas reglamentarias controladas por los cronometradores oficiales del  Aéreo Club de Italia.
Pero esto no era más que el inicio, ya que a principios de 1934 el programa de Alta Velocidad de Desenzano tenía previsto superar el récord que había establecido Agello el año anterior.
Las intenciones de los responsables de Desenzano eran superar los 700 km/h: sobre el éxito de la prueba no había ninguna duda, ya que el motor del MC 72, en el vuelo de 1933, pudo haber desarrollado más de los 2600 hp conseguidos; además, en Desenzano proseguían ininterrumpidamente, durante varios meses, los trabajos en el motor del hidro. Durante un vuelo de entrenamiento  Agello alcanzó los 730 km/h, pero al no haber cronometradores oficiales no se pudo homologar el resultado. Se realizaron innumerables pruebas, pero hasta el 23 de octubre de 1934 el aparato no estuvo dispuesto para la prueba definitiva. Primero voló Bernasconi para examinar la situación y luego Agello, tras las oportunas comprobaciones, dio su visto bueno. Despegó a las 14:56 y el vuelo no duró más de 15 minutos, los necesarios para efectuar cuatro pasadas sobre la base.

Agello supera los 700 km/h
El hidroavión pasó primero sobre Manerba y luego sobre Miniga, dos bases distantes 3 kilómetros entre sí. Debe advertirse que el MC 72 se adentraba casi 20 km en tierra firme teniendo como punto de referencia la cúpula de la catedral de MontichiariRocca de Manerba  justo a proa. En la primera pasada se registró una velocidad de 705,822 km/h, en la segunda 710,432, en la tercera 711 y en la cuarta 709,444, lo que suponía una velocidad media de 709,209 km/h. Agello había pulverizado el récord, superándose a sí mísmo. Un récord que sólo sería batido cinco años más tarde y con un avión con tren de aterrizaje de ruedas.
Finalizada la prueba, Agello no efectuó el viraje sobre el estanque de fondeo como en la pasada anterior, sino que amaró rapidamente. Baldi, un compañero que llegó al cabo de unos minutos al lugar en que se había posado el aparato, encontró al pequeño aviador sentado a horcajadas sobre la proa del hidro; la causa de esta extraña era que al acabarse el carburante y quedar vacios los depósitos anteriores de los flotadores , el MC 72 tendía a hundirse de cola , Francesco Agello , que entretanto había sido ascendido a teniente, pasó  a continuación en calidad de piloto de pruebas a la Reggiane y luego a la Breda. Cuando probaba en vuelo un Mcchi 202, de esta última empresa, Agello colisionó con otro Macchi 202 pilotado por Masiero y murió trágicamente. El accidente se produjo en la localidad de Cinisello el 27 de noviembre de 1942.

Video.          http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=YZ1zSvMFAzA       

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